Cuando conocí a Daniel me encontraba lleno de creencias que me ayudaban a conciliar mi perspectiva con la realidad. A diferencia de otros profesionales, Daniel no fue condescendiente. Desde el principio ha sido directo, sabe que preguntar después de escucharte pacientemente por un largo tiempo. Es esa pregunta la que me convenció de tratarme con él, ya que viene de una capacidad innata de ir directamente a la raíz del problema, sin muchos preámbulos. Para mí, esto significa no solo una contención emocional, sino también intelectual. Mis ideas muchas veces me desbordan, sobre todo al estar cuestionando constantemente los fundamentos de todo lo que me rodea.
Debo reconocer que no ha sido un proceso fácil -como creí en un principio-, pero si muy fructífero, lleno de descubrimientos. Todo esto ha permitido que vuelva a conectar con la mejor versión de mi persona, con mi vocación y con un estado de bienestar más equilibrado entre lo hedónico y eudaimónico.
Con respecto a mi trastorno TDAH adulto, también ha sido de gran ayuda su orientación. Esto debido a los consejos y conocimientos que me han aportado mucho en mis rutinas y la búsqueda de entereza.