Felicitaciones

0
299

Si esta imagen captó poderosamente tu atención, seguramente has estado o estás pasando por esa disyuntiva. Además, existe una probabilidad de un 85% que seas mujer, eres joven, pero no tanto. Ingresaste al mundo laboral con un montón de ilusiones y expectativas. Te esforzaste para estar a la altura de tus sueños. Podemos decir que te caracterizas por la responsabilidad con la que haces tus labores, por la lealtad para con tus colegas y organización en la que te desempeñas. Se te admira por contar con una amplia capacidad de trabajo y por tu tolerancia para soportar la presión y elevadas cargas laborales. Si le preguntamos por ti a quienes te acompañan en tu jornada laboral, de seguro te definirían como una persona muy amable, de buenos modales, respetuosa y muy capaz. Sin embargo, poco dirían respecto a que te dejan las tareas más delicadas y que en buen chileno; “te cargan la mata”, porque tu jefatura sabe que eres su empleada(o) más capaz y más cumplidora(o) y que mientras los colegas disfrutan de un buen pasar con menos responsabilidades y tareas por hacer, tú te las llevas para la casa pues el tiempo en el trabajo no alcanza y tu familia se resiente pues ya no estás con ellos como antes y te ven mal, sin vida, se compadecen de ti. Al mismo tiempo, poco dirían respecto a tu cansancio en ciernes y ese resentimiento que se va incubando dentro tuyo conforme va pasando el tiempo, pero si notas que va cambiando tu ánimo y tu apacible carácter habitual. De hecho, casi sin notarlo comienzas a tener tus primeros exabruptos en el trabajo, respondiendo mal a alguno de tus colegas por ejemplo. También, despotricas contra ellos y la jefatura, siempre en privado, con gente de tu confianza y comparas tu trabajo con el de tus amistades, como para saber que no estás tan sola(o) en esto y que a otros también les pasa, pero… no les pasa!!.

Y de repente, miras hacia atrás y ya han pasado años, has concluido que ese montón de ilusiones y expectativas no se cumplieron. Te percataste que esa licencia médica que forzosamente te obligaste a tomar, pues los dolores de cabeza y en la espalda se hicieron insoportables, te aliviaron momentáneamente, pero que no generaron el cambio que realmente necesitabas. Y lo que es peor aún, te das cuenta que no puedes renunciar a ese trabajo que te está consumiendo.

¿Qué puede estar pasándote que no puedes renunciar?

¿Qué más evidencia necesitas para optar a un cambio?

¿Por qué continuamente buscas que el medio laboral recompense tus sacrificios?

¿Qué ideas sustentan tu necesidad de mantenerte ahí? O por el contrario: ¿cuál sería tu mayor miedo en el caso que te vayas de ahí?

¿Qué características distintivas de tu forma de ser te hacen susceptible a ser y padecer lo que se menciona en este relato?

Si esta imagen captó poderosamente tu atención, entonces este relato te hizo sentido y probablemente te encuentres con un “nudo” que no te permite avanzar y resolver tu situación. Permíteme expresarte que requieres de ayuda externa y profesional, no dudes ni pierdas un segundo más de tu valioso tiempo.

Ya es hora de cumplir tus ilusiones.

By DMC.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí